domingo, 8 de enero de 2012

# 28






















Mírame me decía desde la cama mientras se movía sutilmente de un lado a otro de ella con movimientos sexuales que me cortaban la espiración y me era imposible apartar la vista de ella.
Sólo podía ver a través de la oscuridad esos tacones altos que le esterilizaban su deseada figura, unas medias de red sensuales que me volvían loco solo al verlas pegadas a sus muslos, pegadas a sus largas y formadas piernas que tanto deseaba tocar con mis manos, sólo podía ver una melena larga ondulada color dorado la cual deseaba tener entre mis dedos enredada y esa sonrisa que me otorgaba desvergonzada diciéndome ese deseoso "mírame" y simplemente miraba cada movimiento que hacia para llamar mi atención con posees sensuales.
Un paso hacia ella y "un párate ahí", no te muevas...sólo mírame, mírame como mis manos acarician mi cuerpo e imagina que son las tuyas, recorre mi cuerpo con tu mirada me decía entre susurros que me hacían perder la cabeza cada vez mas.
Yo la miraba mientras fotografiaba en mi memoria cada parte de su cuerpo, cada caricia que se daba mientras sus caderas bamboleaban de un lado a otro dejándome hipnotizado con ese vaivén que tenían, ahí andaba observándola mientras pensaba que era la combinación perfecta.
De nuevo un "mírame" de sus labios, pero esta vez era como si me invitara a estar mas cerca de su cuerpo... y le dije en un susurro que ella sabia perfectamente que no podría resistirme ante tal incitación, notaba como su mirada se enredaba con la mía y notaba como podría quemarme con ella.
Me acerque a la cama hasta que mis manos pudieron tocarle las piernas con pasión y deseo arrancándole las medias como si de una bestia se tratase y note como su mirada seguía clavada en mi como si solo pensara en devorarme...lo cual deseaba que hiciera cuanto antes.
Notaba como su piel desnuda ardía por mi y mi piel por ella después de esa corta espera por poder tener sus muslos entre mis manos, desate todos mis talentos...mientras desataba de su boca gemidos de pasión que hacían que me fuera caldeando aun mas, escalé con mis manos sus caderas y llegue a parar a sus pechos.
La embriague de lujuria y también de sexo...sabores desconocidos que mi lengua probaba,
sabores exquisitos del sexo deseado... rodee con mis manos su cintura para seguirla disfrutando, poder así seguir penetrando en lo profundo hasta quedar extasiado, y probar de sus labios un beso apasionado.
Y al sentir su cuerpo fundido al mío y esa deliciosa sensación de llegar al vacío, donde solo había placer y eternos gemidos. Pasiones misteriosas que embriagaban cada uno de mis sentidos, hasta desear otra vez tomar su cuerpo.
Hoy solo tengo un recuerdo de todo esto, sus sabor, su olor, su voz, sus piernas enredadas entre esas medias de red y unos tacones negros agarrados a sus tobillos.

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