Y que raro se me hace acostumbrarme ¡¡y cuantas cosas mas raras se me hacen!!
que me recorre el cuerpo, si como un riff de rammstein se tratase
una bacanal de cosas, mierdas y olores, todos entremezclados en mi podrido cerebro
exacto, ese cerebro donde hay una montaña de cosas y un pseudo-yo vagabundo, demacrado y maloliente busca incesante en la montaña como si tuviera síndrome de diógenes...
El vagabundo se gira, me mira y se ríe de mi, el muy hijo de puta mientras me dice:
-Huye estas a tiempo.
Yo le miro mientras cojo una pata de cabra y al instante los cachos de cerebro me empapan la cara.
¡¡Que sonrrisa tan rara!!
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